¿Y si hubiera un lugar formado por ríos serpenteantes a lo largo de muchos kilómetros a través del país, playas negras, glaciares milenarios, pasto verde frondosos y volcanes burbujeantes? Un lugar donde te esperan nuevas aventuras en cada esquina, por lo que es difícil creer lo que ven tus ojos en cada parada. Un lugar donde puedes conducir muchos kilómetros sin siquiera encontrar a una sola persona, sintiéndote tan libre como en ningún otro lugar del mundo. Un lugar digno de aventuras que solo espera ser descubierto.

¿Y si te dijera que a este lugar se llega fácilmente en avión?

En otoño de 2016, un amigo y yo íbamos de camino a este lugar llamado Islandia. Después de un corto viaje en auto y algunos metros caminando, yo ya lo sabía: ¡éste es mi lugar! Por fin había encontrado el país de mis sueños. Es un paraíso para todo fotógrafo de paisajes, aventurero o cualquier persona que quiera escapar de la rutina diaria y descubrir lo que realmente añoras.

El mejor momento de este inolvidable viaje fue poder observar la aurora boreal. Nunca olvidaré el instante en que en el cielo una línea verde resplandeciente se volvió cada vez más brillante mientras bailaba lentamente sobre nosotros. Estos son los momentos en los que uno puede darse cuenta de lo pequeño e insignificante que es el ser humano frente a la espectacular belleza y fuerza de la Madre Tierra.