El lago de montaña de color verde turquesa resplandeciente y muy cristalino, con sus pequeñas islas y la escarpada cadena montañosa que se eleva abruptamente en el fondo desde las laderas densamente boscosas, nos recuerda una de las típicas postales de las Montañas Rocosas de Norteamérica. Es difícil de creer, pero estamos en Alemania, concretamente en Baviera. Debido a su ubicación especial, al suroeste de Garmisch-Partenkirchen, el lago Eibsee pertenece a uno de los lagos más hermosos de los Alpes, enclavado en un paisaje montañoso de ensueño a una altitud de casi 1000 m sobre el nivel del mar.

Siempre me siento atraído por este mágico lugar, sobre todo por las bahías de la costa norte y sus variadas vistas de las montañas de Wetterstein, que incluyen la montaña más alta de Alemania, el Zugspitze. No importa cuando visites este lugar, siempre hay buen motivo en cualquier estación del año.

En primavera, los árboles de hoja caduca brillan en un verde fresco, aportando un hermoso contraste con los picos todavía cubiertos de nieve.
En los días calurosos de verano, cuando los turistas confiscan las bahías hasta altas horas de la noche, las primeras horas de la mañana están iluminadas por una hermosa luz lateral.
En otoño, los árboles descoloridos brillan en fascinantes tonos amarillos y rojos.
En invierno, el lago se viste de un esplendor blanco y parece entrar en hibernación.